En Puerto Rico, los candidatos y/o funcionarios políticos, desafortunadamente, actúan como si estuvieran en campaña todo el tiempo. Sin embargo el comienzo de la radicación de planillas a la Junta Electoral marca el inicio oficial de la campaña electoral en Puerto Rico. Para mi tristeza, y a veces sorpresa, he visto muchas de mis amistades en Facebook inmediatamente colgar en sus muros anuncios o fotos de candidatoxs (generalmente blanquitxs, mayormente hombres) sonreídos y un animado endoso. El endoso generalmente es ciego: “Este es mi candidatx, respáldalo tú también” o “Fulana radicó, a la lucha para el triunfo”. Alguno que otro endoso resalta que tal vez el candidato va a pintar los residenciales públicos o arreglar ciertas carreteras o algún tipo de promesa cosmética, populista, “va a luchar por todos nosotros”, “tiene experiencia y valor para resolver nuestros problemas” sin precisar cuáles son esos problemas, cómo se van a resolver, o cuál es la experiencia. En fín, un endoso que representa un cheque en blanco a un candidato o candidata estrictamente porque están radicando bajo la insignia del partido que la persona quiere que gane.
Generalmente pregunto, ¿Ya leíste su plataforma?, ¿Cuáles son sus compromisos? ¿Algún compromiso específico con nuestra comunidad LGBT? ¿Al menos la L y la G?; ¿La G? ¿Es su plataforma feminista? En un 100% la respuesta es “no sé.” Si acaso, se me informa (en tono frío y escueto) que eso vendrá después. Esas preguntas, que para mi hacen sentido, son recibidas como adversariales y conflictivas, se me deja saber que “estoy buscando pelea”.
En los países de Latinoamérica, y hasta cierto punto también en Estados Unidos, la comunidad LGBT vota en bloque y demanda contestaciones a preguntas pertinentes a la comunidad, denuncia atropellos contra la comunidad y en general vela y hace sentir sus intereses. En USA se acostumbra enviar formularios a lxs candidatxs con un sin-número de preguntas relevantes a la comunidad LGBT. De hecho me parece que en Puerto Rico, se hizo una o dos veces. Pero examinemos cuál ha sido la situación de la Comunidad LGBT en Puerto Rico, en estos últimos años.
– Acceso total de la derecha religiosa, homofóbica y sexista de Puerto Rico tanto a La Fortaleza como al Capitolio.
– Millones del gobierno a las arcas de iglesias que lo usarán para desde sus púlpitos atacar nuestras comunidades y cabildear proyectos que continúan
relegandonos a una ciudadanía de tercera clase.
– Se ha negado derecho de protección de violencia doméstica. Se permitió a Wanda Rolón dar una conferencia homofóbica desde dentro del Capitolio.
– Se nos ha violado el derecho a una educación completa, con perspectiva de género que sembraría al menos la semilla de la igualdad en nuestro futuro.
– Se nos ha llamado retorcidos e incompletos.
– Se han usado patos de hule y la palabra “cua cua” en actos oficiales para humillarnos.
– El machismo se ha validado y recompensado.
– La violencia contra nosotros y nosotras se ha negado
¿Y de repente, al llegar la época eleccionaria todo se borra, todo se olvida, chijí chijá, el mío va a ganar.
El voto GAY no vale ná!
Varias amistades LG anunciaron con orgullo su asistencia a la convención del Partido Nuevo Progresista en sus estatus de Facebook y por Twitter. La única metáfora que me viene a la mente es la de violencia doméstica; la persona maltratada, asistiendo a una fiesta, compartiendo con su maltratante nerviosa, sonreída deseando que con su docilidad y apoyo tal vez no le den mas puños en la cara ni le rompan los dientes, asustada que no vaya a hacer o decir nada que cause un nuevo exáspero de su maltratante. Rezando que la última paliza haya sido en efecto la última. Creyendo que el problema es que no ha podido demostrar a plenitud su amor y lealtad. Creyendo que su amante realmente la ama, pero que le tiene que dar las pelas por las presiones externas. Así viven, rescatando con su apoyo (y su voto) a sus maltratantes. Y el maltratante seguirá maltratando, nutriéndose de esa co-dependencia y esa lealtad ciega de su pareja maltratada, porque sabe, en el fondo, que El voto GAY no vale ná!
Y claro, la metáfora se extiende fácilmente a esos y esas LG fanáticxs del Partido Popular Democrático, así la visualizo. La persona maltratada, que ahora tiene una nueva relación, candidatos nuevos en su vida! Y como persona maltratada, entra en esta relación, temerosa y deseosa de que este nuevo candidato no sea maltratante, que no le dé las palizas y bofetás que le dieron los otros. Pero calladita, porque sabe que así se ve mas bonita. Entrando a una nueva relación en silencio. Sin atreverse a preguntar. Sin atreverse a exigir garantías de que su amor y lealtad no será contestado
con patadas y puños desde Fortaleza y Capitolio. Sin atreverse a preguntar si será una pareja legitimada o sólo reducida a corteja en un cuarto oscuro donde a veces en silencio recibirá las migajas de una caricia. El PPD callado, no se ha atrevido a prometer, desde ninguna tribuna todavía, que los atropellos recibidos estos cuatro años no se van a repetir. No lo ha hecho y probablemente no lo hará, porque sabe que El voto GAY no vale ná!
Una comunidad unida, organizada, saludable podría pedir, exigir, demandar garantías de que los atropellos, injurias, humillaciones y persecusiones de este cuatrienio no se van a repetir. Todo lo que pasó sucedió en presencia de ambos partidos y yo no ví un solo penepé o popular (no sé si los independentistas hablaron) exigir mesura y respeto para nosotros y nosotras. En mi código, quien mantiene silencio es tán cómplice cómo el que hace, así que ambos partidos principales tienen mucho que explicar y que garantizar antes que como tontos y tontas útiles corramos a votar por ellos en las elecciones por la única razón de que “quiero que mi partido gane”. Por eso digo, que El voto GAY no vale ná!
Porque para la comunidad LGBT los partidos políticos son cómo partidos de baloncesto y el ser miembro de un partido es como ser fanático de baloncesto (Ponce y Quebradillas por ejemplo), irracionales hasta la violencia. Y a eso, apuestan los partidos mayoritarios tomando ambos partidos por sentado que El voto GAY no vale ná!
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