Antes de escribir sobre el tema que me interesa, me parece necesario sacar par de cosas del medio. La primera es que este escrito se refiere a las candidaturas y campañas para la gobernación. Me consta que en legislaturas municipales y candidaturas para legislación hay muchas más oportunidades de lograr algunas reivindicaciones para las comunidades. Se trata de sacar los buscones y poner gente responsable, honrada y con espíritu de servicio público y no políticos de carrera. Lxs candidatxs existen, la mayoría en el MVC y el PIP. La segunda es que, para la gobernación, pienso que solo hay dos opciones; Abstenerse y negarse a legitimar el espectáculo eleccionario que existe, o votar por el menos malo, y con trayectoria probada, Dalmau. En estas elecciones no se está eligiendo a nadie que vaya a evitar el hambre, ni el colapso de la educación, ni la pobreza, y muchísimo menos el estatus. El estatus en este momento no lo va a resolver en Puerto Rico, ninguno de lxs candidatxs o partidos actuales. Decir lo contrario es fraudulento, un embuste.
Desafortunadamente a Dalmau ya lo sacaron de carrera, la estrategia ha pasado desapercibida, se han encargado de pintarlo como un “blonde dumb”, que si es bonito, que si está bueno, que si su sonrisa, que si me lo tiro, invisibilizando de manera casi absoluta una trayectoria de décadas como legislador y fiscalizador en la política Puertorriqueña. Trayectoria que bien merece escrutinio, discusión y ser parte del debate político. Me sorprende ver como sus propios aliadxs y partido parecen ser cómplices del ninguneo al que han sometido su candidatura, Dalmau merece mucho más que eso.
No se engañe nadie, en Puerto Rico quienes votan, están votando por quien creen es la menos mala/el menos malo, nada más. Lo mucho que me ha sorprendido es la resistencia a considerar, y aceptar, las denuncias de misoginia contra las candidatas en estas elecciones. Considero terrible la manera en que el PPD trató a Yulín. No digo que Yulín fuera una excelente candidata, pero si pienso que era la mejor candidata de su partido, la pasaron por la piedra los machos de su partido. No me cabe duda que fue “su condición” de mujer la que le costó la nominación. A mi eso me molesta aún cuando no la respaldara. (La misoginia es tan abarcadora que para denunciar la misoginia contra candidatas primero hay que decir que no se apoya a las candidatas, de lo contrario no te creen.)
Lo mismo sigue sucediendo con Alejandra Lúgaro. Lúgaro no ha tenido la oportunidad de medirse en igual condición con los otros candidatos malos del PNP y el PPD. La vara ha sido doble, y la denuncia de Silverio Pérez contra esa doble vara es certera, puntual y necesaria. El trato mediático ha sido misógino y el enjuiciamiento ha sido tan totalizante que no se ha permitido ni siquiera discutir las debilidades y deficiencias relevantes que tiene su candidatura. Hay dos cosas que me molestan porque el daño es a todas las otras mujeres que están tratando o tratarán de entrar al servicio público. El daño permanente no necesariamente afectará a Lúgaro en su vida pública futura. Lúgaro tiene dinero, tiene conexiones, y tiene las herramientas para perder estas elecciones y seguir siendo una actora política en Puerto Rico por mucho tiempo. Pero la campaña contra ella si afecta a el otro montón de mujeres que tendrán que enfrentar esta normalización de la misoginia en la política. Los dos puntos que me han movido a reaccionar son los siguientes.
Aparentemente, el que Lúgaro tenga posiciones neoliberales, justifica la doble vara y los ataques misóginos. Yo pienso que los candidatos del PPD y el PNP son tan o más neoliberales que ella, en ese sentido el debate tal vez pueda ser cual de lxs tres es la/el menos neoliberal o más neoliberal, o neoliberal “light”. O tal vez, si los tres son neoliberales, la discusión pudiera ser que otras cosas podemos tomar en consideración (Dalmau, la abstención). Sin embargo, quien lea las redes, se llevaría la impresión de que Lúgaro, la neoliberal, está corriendo contra dos Marxistas y Dalmau. Nada más falso, entiendo que esa fue la misoginia que denunció Silverio y de la que yo me hago eco. Hay tres candidatos con posibilidades de ganar al dia de hoy que son neoliberales, asúmanlo o cámbienlo, pero no lo ignoren. Ignorarlo quiere decir que solo los machos neoliberales pueden correr para la gobernación.
Otro ejemplo, “Lúgaro está al garete, y el partido callado, no dicen nada” Muy bien. No he escuchado por ejemplo a nadie decir, “Charlie está al garete, se bautizó con la pastora neoliberal, misógina y homofóbica Wanda Rolón y el partido no ha dicho nada.” “Charlie está al garete, como otros alcaldes, trató que su hijo heredara la alcaldía y el partido no le dice nada. “Pierluisi está al garete, es abogado de la Junta y utilizó su posición en el partido para beneficiar bonistas, y el partido no dice nada, siguen callados.” Al parecer solo los machos en los partidos pueden tomar decisiones independientes en sus campañas y las mujeres tienen que pedir permiso. Al parecer los candidatos machos pueden contar con el silencio y solidaridad de sus partidos, pero las mujeres no. Y voy a ser claro, si tuviera que decidir entre el neoliberal que se bautiza con Wanda Rolón y la neoliberal que manda al carajo a lxs fundamentalistas, prefiero la segunda. Pero existe la abstención, y también existe Dalmau, no hay que hacer tal decisión.
Por último, el argumento, que considero sexista, y es el argumento que tradicionalmente justifica el bullying, “quien no aguanta la calor que se salga de la cocina”, Ese argumento es terrible a un montón de niveles; es el argumento que siempre se ha utilizado contra mujeres en la política, para mi quiere decir, “o aprendes a politiquear de manera violenta y macharrana o salte.” El argumento también es esencialista, el mensaje es “la política es y tiene que seguir así, es su naturaleza, no hay ni que aspirar a cambiarla, ni aspirar a elevarla” ya se decidió como es que se hace política. Terrible. Así se dice en los deportes, así se dice en las Juntas de Directores, en Bufetes y agencias de gobierno y así se sigue reproduciendo. Diganme idealista, refiero eso a claudicar ante el estilo violento y macho de los hombres y esos estilos de competencia que evitan que las mujeres puedan implantar otros estilos de dirigir y competir en los círculos de poder. Es abogar por el estatus quo que sigue manteniendo a los hombres y su violencia y competencia capitalista dominando los círculos de poder.
No tengo algún interés personal a favor de Lúgaro. Cuando Lúgaro pierda, si pierde, seguirá siendo rica, seguirá estando conectada al poder, seguirá su vida sin problemas y como quiera habrá un neoliberal en la Fortaleza. Me opongo a la misoginia, porque la misma no solo afecta a Lúgaro, nos afecta a todes y le cierra las puertas definitivamente a todas esas otras mujeres que también están tratando o tratarán de entrar al servicio público, y que cuando denuncien la misoginia, con decirles que no saquen la “women card” (Cómo si estuvieran compitiendo en condiciones iguales y la “woman card” les diera alguna ventaja real, o peor decirles que “si no aguantan el calor de la cocina, que se salgan”. Yo quiero otro Puerto Rico.
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