En este momento en que se siente que el cristianismo está dominando y afectando tan negativamente el estado de derecho en varios países al extremo que en USA o en Puerto Rico parecemos encaminados hacia la teocracia, hablemos de los cristianos1. Para mí hay realmente dos grandes categorías de cristianos, una de ellas –la más pequeña y vocal– agrupa a los cristianos malignos y perversos. Los cristianos malignos y perversos, son malignos y perversos de verdad, son cristianos que utilizan sus feligresías o seguidores para acumular capital económico o político2. Generalmente, a pesar de llamarse cristianos, no citan a Cristo sino que rumian constantemente el viejo testamento, el mismo que su cristo pidió que olvidaran y para el cual ofreció el camino a una nueva alianza basada, de manera irónica, en el amor. Desafortunadamente, demasiados ignoraron las palabras de Jesús y escogieron condenar a muches otres humanes, meter miedos falsos, amenazar,chantajear, asesinar y, con su concepto del infierno, promover odios y sembrar culpa, culpa, gran culpa en los demás. Cuando han visto que la educación formal es una vacuna contra la culpa, han socavado la educación. Los cristianos malignos y perversos nunca sienten culpa propia, ni en el propio enriquecimiento que logran a costa de sus seguidores, ni en la de compra de aviones personales que contribuyen a destruir el ambiente, ni en el despliegue de objetos de lujo o libras de botox en la cara3. Tampoco sienten culpa en ayudar a elegir políticos que saben que son corruptos pero que confían en que precisamente esa corrupción les ayudará a imponer sus creencias a todo el pueblo. En Puerto Rico, cuando los políticos comprados y/o amedrentados no pudieron ser extremistas suficientes, fundaron su propio partido persiguiendo el poder por el poder. Por ejemplo, el partido (in)dignidad desistió de promover candidatos de otros partidos, ahora son ellos los candidatos. Son proselitistas porque necesitan sumar gente desesperadamente para así impresionar, chantajear y doblegar a funcionarios electos. Los cristianos malignos y perversos les mentirán a sus feligresías para que vivan con miedo, juzgando, persiguiendo y odiando. Les engañarán para que amen y protejan la patriarquía. Son los mismos líderes religiosos que luego ignorarán la violencia infligida a algunos sectores, sobretodo al femenino, a causa de sus mentiras. Cuando no las puedan ignorar las tratan de justificar y cuando no las puedan justificar, dirán que les entendieron mal, que no condonan tal o cual acto. Son impunes y rara vez sufren consecuencias por el mal que hacen. A pesar del claro y documentado historial de curas, pastores, ministros que roban a sus feligresías y que abusan sexualmente de menores (ni hablar de los depredadores de esposas) siguen repitiendo el mito de que el peligro de abuso sexual radica en los homosexuales. Son impunes porque a pesar de sus falsas profecías, abusos y desmanes, sus seguidores les tratarán como gente digna, como profetas y como la salvación misma. Esos líderes cristianos están tan comprometidos como sedientos de poder, con ellxs no vale la pena hablar. Yo prefiero tener una conversación con una pared en la calle que con cualquiera de la FRAPE4. Los malvados y perversos son los menos, y no son el objeto de esta reflexión.
Son les otres cristianos5 el objeto de esta reflexión. la inmensa mayoría silente y, por tanto, cómplice de la institución del cristianismo. A este grupo, al que tal vez usted pertenece, yo le llamo los habilitadores6. Esa gran mayoría de cristianos que, con sus acciones diarias y frecuentes –y sus inacciones y silencios también frecuentes– legitiman, fortalecen, amplifican y aseguran que prevalezcan las acciones y daños que causan las jerarquías de cristianos malignos y perversos y la institución cristiana en el mundo en general y en particular en Puerto Rico.
No podemos negar que hay un serio aire de dignidad y legitimidad –e incluso de “clase”– en tode quien profesa ser cristiano en Occidente. Por eso, hemos escuchado a tanto político convicto y/o corrupto predicar y reclamar a Dios en sus discursos. Hablan de dios los hombres maltratantes y los jueces de la Mano Dura que dispensan sentencias inhumanas, la policía que se agarra de manos y ora antes de salir a romper cabezas y fumigar con gas al pueblo que protesta la injusticia, hablan de dios el asesino y el mendigo, no porque quieran cambiar sino porque necesitan aparentar que son buenos y no hay mejor estrategia que hablar de dios. La misma Tata Charbonier hablaba de dios antes de ir a buscar el diferencial que les cobraba a sus empleados por darles trabajo. También habla de dios les maestres que a sabiendas obligan a les niñes a rezar en la escuela; a la vez que cierran sus ojos al hambre, al maltrato y a la pobreza de sus estudiantes. Maestres que, con la misma dignidad que obligan a les estudiantes a rezar, callan ante el bullying a estudiantes LGBTQ+ o amanerados y a veces hasta apoyan, aunque sea con el silencio, cuando despiden maestres LGBTQ+. “Tenemos que poner los niños a rezar” les ordenan sus líderes, enteramente vacíos de empatía e ideas que atiendan la crisis de educación y pobreza en la que están sumidos nuestros estudiantes y maestres. Hay que reclutar cristianos todo el tiempo. Salvar el “alma” mientras no hacen nada para contrarrestar la miseria y quiebra de nuestras escuelas y planteles, la desigualdad económica en cualquiera de sus múltiples manifestaciones, nada sobre la pobreza en general. Así mismo hicieron los españoles esclavistas racionalizando que la esclavitud era el costo merecido por les negres raptados de sus países en África para poder entrar en el cristianismo y así salvar su alma. Así también se pasan rondando como aves de carroña en hospitales y funerales. Buscan gente en situaciones frágiles para espetarle el cristianismo por ojos, nariz y boca. Hacen lo mismo que aquellos españoles que reclutaron –y de paso esclavizaron– “almas” para su iglesia con la intención de expandirla y que dominara al mundo. Es la búsqueda de poder por el poder. Es imponerse a los demás utilizando todos los medios, socavando todas las ramas de gobierno y utilizándolas para imponer su doctrina patriarcal. ¿Qué importa si mujeres pierden la vida en abortos clandestinos, en relaciones violentas, o a causa de la misoginia socializada? Lo importante es que ellos ganen y prueben su influencia en el gobierno.
Muchos cristianos se piensan buenos, y dicen que son solidarios. Se te acercan al oído y te dicen que te apoyan, que creen en el aborto, que reconocen que la gente de las comunidades LGBTQ+ deben tener los derechos que tienen todos los humanos. Pero después que te dicen así, se visten de gala los domingos o los sábados, y llenan sus iglesias, rebaños, templos, catedrales, basílicas, capillas, parroquias, santuarios, ermitas, sinagogas, mezquitas, pagodas y demás, legitimando y fortaleciendo la institución. Silentes ante el odio o incoherencias que escuchan desde el púlpito, la última palabra se la dejan siempre al pastor, o pastora. Como si el apoyo susurrado en tu oído como limosna los protegiera de la responsabilidad del mal que hace su institución. Hasta mantillas se ponen algunas. Muy pocos toman el tiempo para identificar esas pequeñas iglesias autónomas e inclusivas, solidarias, a las cuales pudieran asistir. Es más fácil y conveniente quedarse en las instituciones grandes y/o ricas. “El domingo estuve con monseñor que dio un sermón hermoso.” ¡Qué pena que les maestres sin pensión no puedan comer sermones!
Son los cristianos que se creen buenos y te quieren demostrar que te quieren, los que te invitan a sus bodas en la iglesia, para que seas testigo de su privilegio, para que veas la boda que tú no puedes tener porque esa institución te aborrece. Son quienes te invitan al bautismo en su casa porque, tú sabes, en Guaynabo y en las urbanizaciones afluentes, el cura va a sus casas y les bautiza le infante sin ningún problema. Le dan al photo-op a cambio del sobre de papel con la cantidad acordada y la propinita. Y así, se siente que se está más cerca de Dios. Sus amistades LGBTQ+, estarán allí, en su casa, teniendo que celebrar con el pastor agresor de la iglesia enemiga, presenciando cómo, usted y su familia culi-clean se retratan con el cura. Esa legitimación vale más que el apoyo y solidaridad que requieren una amistad verdadera. La iglesia a la cual le pides bendiga a tu hije es la misma que me maldice a mí a diario y lucha para excluirme de la sociedad.
Los cristianos que se creen buenos son quienes le siguen dando dinero, asistencia y colaboración a la iglesia. Dinero que le regalan a la institución sin tener una sola idea si el dinero va a pagar el salario de Carlos Pérez, el cura amanerado –que tanta mentira dice, que tanto odio y violencia promueve– o, si su donación se utilizará para comprar el silencio de padres y madres de niñes violades por el cura, pastor o ministro violador de turno. A lo mejor se utiliza para pagarle abogade a algún pastor maltratante. Tal vez su dinero está destinado para echarle gasolina al carro del bugarrón de turno7, para pagar por el botox o viagra de su pastora, pastor o cura. La vanidad no tiene género, como tampoco lo tiene la vergüenza.
Usted mismo, Sí, usted que se considera católico defensore de los Derechos Humanos pero que ni siquiera consideró renunciar a su iglesia cuando la misma se robó la pensión de sus maestres condenándoles a la pobreza y la incertidumbre… Usted que no renuncia a su iglesia cuando insiste en que la sodomía debe ser un delito codificado en el código penal, mientras su iglesia trata de prohibir terminantemente el aborto seguro, prohibir los anticonceptivos, prohibir la educación sexual, entorpece la posibilidad de una enseñanza de perspectiva de género…Usted que permanece impávide mientras su iglesia sigue convenciendo a mujeres que se queden en relaciones de violencia doméstica…Usted que sabe que su congregación le recomienda a padres y madres que lleven a sus niñes a campamentos o terapias de conversión… No. ‘¡Usted no se quita, ni se cambia de iglesia8! Es un hecho que muchas de las iglesias en Puerto Rico son más conservadoras que sus sedes en los Estados Unidos. Usted sigue ahí estoico, permitiendo que la iglesia le reclame en sus números, que hable en su nombre y por usted y que siga cabildeando para eliminar derechos humanos y derechos adquiridos. Las mismas iglesias que no tuvieron nada que decir cuando se aprobó la deforma laboral que dejó a trabajadores desprovistos de la más mínima defensa ante patronos abusadores. Si las iglesias tuvieran consecuencias cuando hacen lo malo, talvez no harían tanto mal. 1000 iglesias o templos o cultos totalmente vacías un mismo domingo con cero diezmos por un mes, dos meses o más y estoy seguro que aprenden la lección. Pero no, allí siguen asistiendo ustedes y se sientan todes juntes, los mercaderes, los cristianos malignos y perversos, falsos profetas y con ellos los cristianos habilitadores, legitimando la iglesia y su maldad.
Incluso, nos negamos a conocer la historia terrible e inhumana de la iglesia, por ejemplo, como la monja Teresa, le besaba el anillo (el del dedo) a Duvalier en el periodo más cruel de su dictadura, nos negamos a conocer que los misioneros de nuestras religiones van a los sitios más pobres del mundo y de inmediato negocian con los gobiernos (realmente es chantaje) para que se prohíban abortos y se nieguen contraceptivos y educación sexual a todes les pobres como condición para ayudarles. ¿Mirando a quien, antes de hacer el bien? Lo han hecho en África, en Latinoamérica y donde quiera que haya miseria y hambre. No queremos enterarnos de la relación íntima de la iglesia con dictadores como Antonio de Oliveira Salazar (Portugal) y Rafael Leónidas Trujillo (República Dominicana). Tampoco queremos saber de la relación, por ejemplo, de la Iglesia católica con el fascismo español, el fascismo italiano, o las dictaduras de derecha e izquierda Latinoamericanas.
También preferimos ignorar la historia de abuso de cientos de miles de niñas, niños y niñes. En Francia nada más el estimado es de 216,000 niñes abusades, miles de niñes en cada uno de los muchísimos países en que se ha investigado estos crimenes. No solo se han documentado los abusos, si no que también se ha documentado cómo las iglesias conspiran para proteger pedófilos, cómo les premian con nuevos destinos y nueves niñes inocentes, cómo resisten activamente toda investigación de la policía, como compran el silencio de padres y madres de las víctimas con dinero y contratos que aseguran el silencio de las familias. Funcionan como una empresa criminal. Pero insistimos en pensar que nada de eso tiene que ver con nosotres, somos simplemente las feligresías que mantenemos económicamente ya sea con el dinero de nuestros bolsillos o permitiendo que se le den dineros y beneficios del erario público a las jerarquías malvadas y perversas. Una de las peores ofensas para mí es que el erario público sigue subsidiando y manteniendo las iglesias utilizando el dinero de la gente violada o perseguida y despreciada por las instituciones cristianas. ¡Nuestro dinero, utilizado en contra de nuestra voluntad, subvenciona a las fuerzas que nos quitan los derechos y amenazan nuestras familias y nuestra libertad! Los cristianos habilitadores son los “inocentes” feligreses a nombre de los cuales la institución presiona gobiernos, chantajea políticos, protege pedófilos y pederastas, promueve mentiras, condena y condena y condena, generalmente gente pobre, mientras hace alianzas con el poder y con los ricos. Nos encanta hablar románticamente del padre Romero pero queremos olvidar lo que le pasó a sacerdotes y monjas que se unieron a les pobres y a les con hambre predicando una teología de la liberación, esos fueron perseguidos por la institución que legitimamos con nuestro dinero y presencia. Mientras, seguimos asistiendo y llenando sus templos de oración. Y nos consideramos con suerte cuando entramos al templo y nos sentamos y les damos la mano y deseamos la paz a los mismos mercaderes que otrora Jesús sacó a patadas de los templos. Pero a ti no, a ti no te molestan los mercaderes en la iglesia, ya sean mercaderes de la opulencia o mercaderes del odio. Tu eres une buen cristiane, nunca pensarías en cambiar de iglesia. Es más fácil seguir asistiendo a la iglesia más grande, el templo más rico posible, la más opulenta, con los carros más lujosos en el estacionamiento, la más cercana, dirigida por cristianos malignos y perversos que promueven odio, violencia y opulencia. No importa. Después me verás y me darás un abrazo y me dirás al oído que me apoyas y me quieres, que no estás de acuerdo con la jerarquía de la iglesia que literalmente sostienes con tu dinero y presencia. Lo mejor de los dos mundos9.
Gracias a Rafael (Buk) Texidor y Rafael Enrique Rodríguez por su lectura e importantes comentarios, a George Medrano González por su generosa disponibilidad para aclararme tantos puntos que me confundían (su iglesia se llama ICM Cristo Sanador y es una buena alternativa a las iglesias del odio y la opulencia,) y a Ángel Antonio Ruiz Laboy por la excelente edición de este texto, y a los tres por la amistad, la hermandad, y la solidaridad.
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Footnotes
- El cristianismo que es una de las 3 llamadas “religiones del libro,” junto al judaísmo y el islam, reúne cientos, si no miles de diferentes denominaciones, siendo las sectas más populares el catolicismo y el protestantismo, que a su vez tienen muchas sub sectas, más o menos organizadas. Me refiero explícitamente a ese cristianismo que jamás atiende o le interesa eliminar la desigualdad económica y la pobreza, sino que viven de ella, ese cristianismo que opone el derecho sobre el cuerpo y persigue la sexualidad y que fuerza a gobiernos a negar derechos reconocidos ampliamente en muchas otras sociedades. Ese cristianismo que fomenta la ignorancia en frases rancias como “a mis hijos los educo yo” y que pretende imponer sus creencias a toda la sociedad a través de todas las formas posibles, incluyendo la violación de mandatos constitucionales de la separación de iglesia y estado. En fin, me refiero a esas iglesias a las que al menos el 90% de mis amistades pertenecen.
- Hago la distinción porque es importante al menos para denunciar la hipocresía de los más perversos. Por ejemplo, Yiye Ávila si creía en su ideología y su necesidad de evangelizar, era tan genuina como su misoginia y homofobia, pero no necesariamente para llenar sus bolsillos, comprarse aviones o vestirse de lujo. La prioridad era difundir su visión de lo que debía ser evangelización y para eso puso antenas altísimas, gigantes que pudieran llegar a Sur América.
- Tengo como regla no escribir con coraje. Esta columna es la excepción. Pensé incluir una disculpa por escribir con coraje, concluí que eso es parte del problema, no nos atrevemos a decir estas cosas excepto cundo explotamos con coraje. ¿Cuando por fin van los cristianos a aceptar un ápice de responsabilidad por el daño que nos hacen sus instituciones y sus líderes?
- [1] La FRAPE también tiene disidentes, pero propongo que esos también son parte del problema. La FRAPE como quiera habla y se legitima a nombre de ellos, su presencia en la FRAPE la hace más fuerte.
- Uso algunas palabras plurales exclusivamente en masculino porque pienso que son intrínsicamente masculinas irrespectivamente del genero de quienes las componen, entre ellos están: cristianos, banqueros, ricos, políticos, pero hay más.
- “Enablers”, según utilizado por Alcohólicos Anónimos.
- Ningún problema con los bugarrones, sí con los curas y pastores hipócritas.
- Muchas Iglesias cristianas se separan y rompen relaciones con las iglesias del odio, no tienen mega iglesias lujosas ni políticos amenazados, pero si saben ser solidarias, si protegen a les personas LGBTQ y no tienen alianzas con grupos de odio de derecha, ni con supremacistas blancos, ni promueven la misoginia, por el contrario creen en la equidad. ¿Porqué no buscan y llenan esas iglesias?
- Estoy consciente de que hay gente disidente en algunas iglesias, incluso hasta en la FRAPE, y que hay tanto gente como movimientos dentro de otras iglesias demandando cambio, en la pentecostal, en la metodista, (que ahora mismo está dividida) sobre todo en iglesias de tradición histórica, no necesariamente en las de avivamiento. Hay personas haciendo buen trabajo en iglesias de puertas abiertas e iglesias afirmativas, aunque algunas desafortunadamente replican el elitismo y falta de responsabilidad social que las iglesias de puertas cerradas. Además, hay disidentes vocales entre pentecostales y metodistas que hacen contribuciones enormes a la humanidad en Puerto Rico, tengo que destacar a Julio Álvarez y Agustina Luvi. No es mi intención restar reconocimiento a sus trabajos y aportaciones, para mi son vitales. Me consta que muches han pagado precios altos por su voz y disidencia. No voy a decir nombres porque son muches y me asusta dejar algún nombre afuera. Para ellos mis respetos, mi problema es más con las mayorías silentes con las reses y ovejas de los rebaños. Respecto a les disidentes solo me pregunto si aun desde la disidencia, con su mera presencia o pertenencia, no fortalecen la misoginia y homofobia patriarcal, el amor a la opulencia y la conspiración con políticos corruptos de los líderes de sus iglesias o denominaciones
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