Reflexiones incoherentes y a estas alturas sobre la muerte, 4 partes
PARTE 1
Cuando un amigo se va
Gracias a Alberto Cortés todes sabemos lo que pasa “cuando un amigo se va.” Pero, ¿que pasa cuando se van 20, 40, 50? Cuando ya no queda absolutamente nadie con quien recordar momentos significativos en tu vida. ¿De verdad existieron esos momentos? Cuando ya no queda nadie que pueda entenderte en situaciones que ya viviste tantas otras veces. ¿Cómo explicar el Deja Vu? ¿Te estás volviendo locx? Cuando ya tienes la certeza de que el futuro que imaginaste con la gente que amaste, entre risas y bromas pesadas jamás existirá. Porque ya no están ni siquiera en este presente, que también es futuro al que no llegamos juntos, como nos prometimos. Que pasa cuando piensas que este presente no es y nunca podrá ser el futuro que una vez imaginaste. Cuándo ya no sabes, ni quieres, ni puedes, ni tienes la energía para imaginar otro futuro posible.
Entonces comienza la inercia, no te ilusiona o inspira el futuro. Vivir puede ser todo inercia. Después de todo, el futuro siempre será impredecible. Como tampoco tiene que ilusionar el presente, si no están quienes debieron estar, si perdieron les de abajo y ganaron les de arriba. El futuro será lo que será, siempre a pesar de ti. Esto me pasó durante la epidemia del SIDA. Pero igual me está pasando ahora. Las muertes parecen ser individuales, pero en realidad, ninguna lo es, son cumulativas. Se van montando una sobre la otra y ya no sabes cómo mantenerles vives a todes en tu memoria, porque duele, o porque son tantas, o porque ya no es tan fácil recordar, o por todas las anteriores. ¿Quién recordará a tus personas amadas cuando ya tú no estés? No sólo mueren tus seres queridos, ¿Será que también mueren etapas, fases, momentos enteros de tu vida. ¿Si ya no las recuerda más nadie, solo tu, cómo sabes que fueron ciertos tantos momentos alegres, tanto amor o dolor, si no hay otre testigo? ¿Como sentirte querido cuando quienes te quisieron ya se fueron? ¿Cómo sentirte vivo cuando les demás ya no lo están? Cuando todo se convierte en un constante imaginar de lo que pudo haber sido. Sabemos lo que pasa cuando une amigx se va, pero sigo tratando de entender que hacer con lo que queda cuando la mayoría ya no está.
PARTE 2
Depresión/De presión/Depre
La depresión es algo terrible. Más terrible aún es no saber o no poder distinguir cuándo es que la cosa es clínica y cuando la cosa es reflejo de que están pasando cosas muy malas en el mundo. Llevo dos semanas, tal vez tres, paralizado, no puedo hacer nada creativo, ni siquiera escribir. Cada gota de energía va para mis clases o el otro trabajo. A veces siento que me arrastro hasta el salón de clases. En mi otro trabajo un poco he tenido que bajar la carga. En estos días puedo estar inmóvil mirando el techo o la pared por horas, repasando todo lo que tengo que hacer, o todo lo que no pude hacer o todo lo que debí hacer. Las listas de cosas por hacer que trato a diario las declaro exitosas si al menos he podido hacer una, o dos, de las 8 o 10 cosas apuntadas. No estoy peor que mucha gente, y tengo privilegios que me permiten, hasta el momento, sobrevivir. Pero no es fácil vivir así. Pienso que mi terapista me salvó la vida porque al menos me enseñó a perdonarme. ¿Que viene después del perdón? Me quedé sin seguro de salud antes de poder contestar esa pregunta.
PARTE 3
A veces odio el presente.
Hay un gran desencuentro entre este presente y yo. Como si estuviéramos, mi presente y yo, en dos lados opuestos de un abismo. Cuando miro alrededor puedo ver alguna felicidad, o resignación disfrazada de felicidad, pero no necesariamente veo justicia. Ganaron los malos; ganó el mercado libre para esclavizarnos y robarnos la vida, la de nosotres, la de nuestros hijes y nietes, la de los seres queridos; Este presente también se robó el retiro de les más viejes, no solo en Puerto Rico, en muchos otros países. Ganaron quienes odian, manchando y violentando cualquier reivindicación a nuestra humanidad, echando hacia atrás el tiempo, desatando su violencia contra les más vulnerables; Ganó la gente Rica y quienes les besan el culo; Y ganaron les políticxs corruptxs, porque no hay manera pacífica de sacarles de sus tronos, elles hicieron las leyes para que no pudieran sacarles, o para matarnos si lo intentamos. Ganaron les depredadores del ambiente y ya no hay marcha atrás posible. También ganó la mano dura, hacinando las cárceles con humanes negrxs y brown, la inmensa mayoría pobres; los ricos y sus políticos de bolsillo escribieron las leyes y en esos mismos textos, se excluyeron a si mismos. La impunidad es legal.
También ganó la Academia de mierda que entregó su compromiso a cambio de un “tenure”. La Academia que se concibió como “gate keeper” del conocimiento, asesinando o despreciando otros conocimientos, descartando todo conocimiento que no les haya besado los pies. Nada más bipartita que la academia. Tenure se escribe con S de Status Quo. Y agradezco que la Academia me diera conocimientos que me han servido toda la vida. Aunque también supieron muy bien ponerme en mi sitio. Casi me lo dijeron varias veces, mucha Carolina, cero UHS, no perteneces papeh, entiéndelo. Pero que bueno que eres un luchador. (vómito aquí.) Siempre afirmaré que primero mi familia y luego la calle, me dieron conocimientos tan o más valiosos que la UPR. No fueron los estudiantes les primeres que cerraron la UPR, para muches nunca estuvo abierta.
Ganaron los patronos, no muy diferentes de los esclavistas de antaño, reclamando que solo nos deben alguna ropa y comida, pero cero educación, cero vida digna, y cero compasión. Legisladoes se ambos partidos diz-que principales, les entregaron los pocos derechos ganados. Ninguno de esos corruptos trabaja por el mínimo, ni están dispuestos a hacerlo, la miseria es para el pueblo, no para elles. Las plantaciones de ahora son tan o más crueles que las de antaño, casi igual de racializadas, aunque más difícil de ver. Todavía los políticos nos gritan desde el bolsillo de los patronos que le hacen donaciones, que los patronos son buenos porque crean trabajos de mierda que pagan el mínimo y que nos mantiene en la pobreza. Cero beneficios, y probatorias de 20 años antes de darte la “permanencia”. Y encima nos exigen ser agradecides.
PARTE 4
Cuando me toque irme a mí.
Imagino a mi amigo de siempre, Fernando Sosa, pensando que “esta loca y sus issues de control, ahora hasta su muerte quiere controlar.” Pero no puedo evitar pensar en mi muerte cada vez que mueren otres y ver a quienes quedan vivos robar a quienes mueren de lo más bello que tuvieron, su humanidad. Y de alguna forma u otra ‘Disneyzar’ vidas hermosas, muchas completas, o incompletas dependiendo de nuestros estándares tan arbitrarios. Y me aterra que pase conmigo. Y me aterra que me manden a volar alto y no me dejen descansar. NO VOLARÉ ALTO carajo, no me interesa.
Así que pido, cuando yo muera, POR FAVOR no digan que fui un santo. Principalmente, porque no lo fui, y nunca quise serlo. Algunas veces pude ser un hijo de puta, y muchas de mis acciones hicieron algún daño. Rompí varios corazones, como me lo rompieron a mí montones de veces; Nunca fui infiel y puedo decir que mi amor de siempre, correspondido a plenitud, se llamó David Martinez y que murió tan, tan joven, maldito sea el SIDA. Le amaré hasta mi último aliento.
A veces fui arrogante y a veces inmisericorde, y puse muchas veces algún principio o causa antes que la amistad o la familia’, o el trabajo. No me arrepiento. Tardé mucho, tal vez demasiado en reconocer mis privilegios. No siempre fui un buen hijo, o buen hermano, de acuerdo a los estándares de ustedes. Tampoco fui todo amor, aprendí también a odiar, lo que considero muy saludable. A veces hablé muy ligero (muchas veces), y a veces cuando debí, no hablé (pocas veces). Sí, creí y aposté al amor demasiadas veces y pienso que luché por ser honesto cuantas veces pude. Siempre aposté a que todo se puede discutir, y que no toda discusión tiene que ser personal. Pero nunca entendí que no toda la munda está en ese mismo espacio, ese fue un fallo grande. Siempre encontré irónico que a pesar de luchar contra la “masculinidad” reconozco que le saqué todo el provecho posible a mis genitales. Mi forma de debatir y de luchar siempre fueron muy masculinas. Al menos sepan que estuve consciente y no orgulloso de eso y que algunas pocas veces traté que no fuera así. Por último, no siempre perdoné, aun cuando a veces pude. Y soy un vago, siempre he odiado el trabajo, fui muy buen discípulo de Bob Black, a quien conocí gracias a Tito Otero, quien me dio clases en la universidad. Tito debió poder seguir dando clases, ayudando a encaminar los estudiantes de primer año, pero no fue así.
Y si algo se les queda de este ensayo, que se les quede que cuando me muera, no quiero que digan que fui un santo, ni lo soy ni quise serlo. Y así me paso, lo que fue y lo que pudo ser y lo que debió ser. Nada hace sentido, ni siquiera este final.
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