Porqué el trabajo de campo y organización no se hizo.
Para las comunidades LGBT en el siglo 21 las nuevas maneras de “negociar” la solución a un “agravio” son demasiado anti-sépticas. No promueven cambio significativo, no apoderan las diferentes comunidades LGBT, en fín, están diseñadas para resolverse desde arriba, entre adultxs ” civiles y civilizados, dejando afuera al ‘rabble”. Sin la necesidad de la intervención de los grupos que dicen representar. Esas comunidades tienen un sólo lugar designado, el de espectadoras, sólo pueden, agradecidas, aplaudir a sus power brokers en quienes tal vez hemos delegado el derecho a decir que “luchan por nuestros derechos” no con nosotrxs, sino por nosotrxs.
Esta es, generalmente, la formula fatídica: Un power broker de la comunidad, observa el agravio. Escribe un comunicado de prensa, lo distribuye, lo copia en Facebook y envía un Twitter. Inmediatamente después llama al medio que auspició el agravio (tiene a la o el gerente en su rolodex) y exige un desagravio, generalmente, una disculpa pública. Si tiene suerte, se la dan y ahí quedó todo. El power-broker queda consagrado como el paladín de la justicia, el “ranking” de su resumé sube mas, y se le reconoce que tiene capacidad de subir ratings porque el rating del programa también sube, y luego aplaudimos agradecidos que se nos defendiera. Activismo Hollywood style.
Si el power broker no tiene suerte y no se le dan las disculpas inmediatas, entonces escribe otro comunicado, denunciando que se le ignoró el reclamo, y abre su rolodex. Tiene dos opciones, puede llamar a los políticos que conoce personalmente o llama a alguna agencia con mas peso. En Puerto Rico, desafortunadamente, generalmente se llama a políticos estadounidenses porque los aquí electos no se atreven a hacer una denuncia o tan siquiera tocar el tema ni con un tubo PVC de 10 pies de largo. En época de elecciones, ningún político de carrera tradicional o candidatx se va a meter con Univisión. UY!
En Estados Unidos y Puerto Rico, generalmente se llama a GLAAD, que tiene ya algunos acuerdos con los medios y que siempre está disponible para halar las orejas a los medios cuando a los mismos se les olvidan estos acuerdos “en aras de la sana diversión familiar” o sacrificándolos bajo el “derecho a informar” basura. Posiblemente después de esa discusión privada, algún ejecutivx de la oficina central del medio, llame a el o la ejecutivo local del medio, y se negocie algo que permita que todos puedan salvar su carita y vivir felices para siempre. Activismo Hollywood style. La situación se resuelve, dependiendo del acceso que el power broker y la agencia tengan y la solución propuesta y claro que no se afecten los ratings del programa y que las reputaciones salgan intactas. De hecho, generalmente las soluciones promueven subir el rating del programa que tal vez ponga en receso la homofobia, pero que seguirá siendo igual de chabacano, sexista, clasista y /o xenofóbico y/o racista.
Y no digo que esto está enteramente mal. Los power brokers son necesarios, como son necesarias las agencias que trabajan para vigilar abusos contra la comunidad en los medios y denunciarlos. Sin embargo, esto no es óptimo. Esto es activismo lite. Cómo también es activismo lite, sentarme a escribir este ensayo. Pero yo no me engaño.
La solución que presenta el power broker, hace que primordialmente ganen los de arriba. El medio de comunicación agresor, el ranking de la agencia monitora, y el power broker primero. Segundo entonces gana la comunidad, espectadora. Y claro, cuando digo espectadora, no quiero ignorar los cientos de mujeres y hombres que se tiraron a los medios sociales a expresar su coraje e indignación. Pero, ¿donde estuvieron sus voces en la solucion que fue “brokered” allá arriba, tras bastidores? La solución política que garantiza una disculpa anti-séptica donde el orden mediático que organiza la homofobia, el heterosexismo, y el sexismo siguen intactos, tal vez mas fuertes, ahora legitimados con una disculpa cuidadosamente redactada?
¿Que quedó fuera de todo este proceso? La comunidad agraviada, , el trabajo de organización, el trabajo de darle voz propia a esa indignación, y darle fuerza. El trabajo comunitario, la oportunidad de hacer alianzas y hermandades, de crear solidaridades. Y eso es importante. Darnos nosotros el permiso de cuidar de nosotros mismos. De hermanarnos y aliarnos, de reclutar al trabajo a sectores aliados. De apropiarnos y ser dueñas y dueños de nuestra propia defensa. Que las muchas otras personas que salgan del closet, arriesgando lo mucho, o lo poco que arriesgan, sepan que hay una comunidad hermana, solidaria, militante y protectora que puede defender a las suyas y a los suyos.
Cuando se insinuó en el programa de Rubén Sanchez, cómo también dijo Primera Hora, que “algunos homosexuales” se habían ofendido. Esto no fue del todo descabellado. Quienes corrieron a corregir el error, no dieron tiempo a que la comunidad se organizara, levantara, y pudiera expresar su indignación. No dieron por ejemplo tiempo, ni gastaron energía en tratar de reunir sectores diversos e importantes de nuestra comunidad. ¿No hubiera sido mas poderoso, llegar con una carta redactada y firmada por las numerosas organizaciones que dicen representarnos? ¿Porqué tirar “solo, y alante”? La prisa y el protagonismo siempre sacrifican a la comunidad. Si se hubiera esperado un poco mas, se hubiera presentado a Univisión con una carta creada por un grupo de personas y organizaciones que suscribieran. Vigoreaux posiblemente no se hubiera atrevido a decir que había sólo una persona exigiendo disculpas, o que él (Vigoreaux) hablaba por el pueblo. De hecho yo pensaba que tal vez, se debía hacer una petición online que juntara 25,000 firmas. Una demostración frente a Univisión para hacer visible y palpable nuestro coraje, nuestra indignación. Estoy seguro que mucha otra gente pudiera haber hecho propuestas mejores, mas creativas. ¿Que importaba dilatar el asunto una semana, un mes de organización si cómo resultado se pudo haber presentado una respuesta sólida, comunal; apoderarnos a usar nuestras voces, nuestras firmas, nuestras acciones. Algo que presentara la dimensión y alcance de nuestra indignación, estoy seguro que Matria, Articulo II, COA, COAÍ, CCHD, Taller Salud, grupos universitarios, organizaciones feministas, organizaciones aliadas e individuos e individuas hubiéramos firmado sin pensarlo dos veces. Ese triunfo hubiera sido de todas y todos. Es mas difícil, toma más tiempo, conlleva más trabajo de base y de calle, pero es óptimo y la recompensa es más duradera. Nadie realmente lucha y defiende nuestros derechos, si no lo hacemos nosotras y nosotros mismos.
La disculpa de Univisión llegó muy rápido, estéril pero logra su propósito, hace cualquier otro trabajo, anti-climático, innecesario en un escenario en que estamos tan asediados, para que seguir, si hasta tallercitos anti-homofóbicos van a dar, por la mañanita, para otra audiencia que no es la del programa chabacano. La única sangre vertida, fue la sangre que siempre se vierte, la de nosotras y nosotros. Ahora, nos queda a esperar el próximo programa que de nuevo hará lo mismo. Saquemos el popcorn.
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